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Entrenamiento de fuerza con niños: Una guía completa para el fútbol

El fútbol es un deporte que exige una gran condición física, incluyendo fuerza, resistencia y potencia. El entrenamiento de fuerza en niños juega un papel fundamental en el desarrollo de estas cualidades, especialmente a medida que los jugadores van creciendo y compitiendo en niveles más altos.

Sin embargo, existe cierta controversia sobre la edad a la que los niños deberían empezar a realizar un entrenamiento de fuerza específico para el fútbol. Algunos opinan que es mejor esperar hasta la pubertad, cuando el cuerpo ha madurado lo suficiente, mientras que otros creen que se puede empezar antes, siempre y cuando se haga de forma segura y adecuada.

¿De dónde surge el mito de que los niños expuestos a grandes trabajos de fuerza tendrían un menor crecimiento?

En el pasado, existía la creencia de que el entrenamiento de fuerza era perjudicial para el desarrollo de los niños y adolescentes. Sin embargo, numerosos estudios científicos, como el de Zwolski C et al. en 2018, han demostrado que esta idea es errónea.

Origen del mito:

El origen de este mito se remonta a Japón, donde un grupo de investigadores encontró una correlación entre el trabajo físico intenso en campos de cultivo y la baja estatura en niños de 10 a 15 años. El estudio sugirió que el esfuerzo físico era la causa del menor desarrollo en estos jóvenes.

Desmontando el mito:

Años después, se descubrió que la correlación no implicaba causalidad. Es decir, no se podía afirmar que el trabajo físico era la única causa de la baja estatura o la debilidad en estos niños.

Las investigaciones posteriores revelaron que las causas reales del menor desarrollo eran las siguientes:

  • Nutrición inadecuada: Los niños no consumían los nutrientes necesarios para soportar la carga de trabajo físico tan intenso.
  • Condiciones insalubres: Vivían en entornos con condiciones higiénicas deficientes, lo que los exponía a enfermedades de forma constante, aumentando el estrés en sus organismos.

Al considerar estas tres condiciones, podemos comprender mejor por qué los jóvenes japoneses del estudio no crecían adecuadamente. Lamentablemente, el mito ya se había extendido y sigue presente en la sociedad actual.

¿Cuándo y de qué manera recomendamos empezar a realizar entrenamientos físicos específicos con tus hijos?

La mayoría de los expertos coinciden en que no es recomendable empezar un entrenamiento de fuerza con pesas antes de los 7-8 años. A esta edad, el cuerpo de los niños aún está en desarrollo y no está preparado para soportar cargas elevadas.

Sin embargo, esto no significa que los niños no puedan realizar ningún tipo de actividad para mejorar su fuerza. Desde edades tempranas, se pueden realizar ejercicios de fuerza general utilizando el propio peso corporal, como flexiones, abdominales, sentadillas y juegos de equilibrio.

Etapas del entrenamiento de fuerza en niños

  • Etapa 1: Prepuberal (7-10 años)

En esta etapa, el objetivo principal es desarrollar la coordinación motriz y la fuerza general mediante ejercicios con el propio peso corporal, juegos y actividades lúdicas.

  • Etapa 2: Puberal (11-14 años)

En esta etapa, se puede empezar a introducir gradualmente ejercicios con pesos ligeros, siempre bajo la supervisión de un entrenador cualificado. Es importante que los ejercicios se centren en la técnica y la coordinación, y que no se sobrecargue a los niños.

  • Etapa 3: Postpuberal (15-18 años)

En esta etapa, se puede aumentar la intensidad y el volumen del entrenamiento de fuerza. Se pueden empezar a utilizar ejercicios más complejos y específicos para el fútbol.

¿Qué beneficios tendrá que tu hijo empiece a trabajar fuerza de manera específica en edades tempranas?

1. Reducción del riesgo de lesiones:

Un futbolista fuerte es más resistente a las fuerzas externas y a los impactos, lo que reduce la probabilidad de sufrir esguinces, torceduras, fracturas y otro tipo de lesiones.

2. Mejora del rendimiento deportivo:

El futbolista mejorará su aceleración, salto vertical, estabilidad y equilibrio, cambios de dirección, economía de carrera, velocidad máxima, potencia y otras habilidades clave.

3. Favorece la recuperación y readaptación de lesiones:

Un niño con mayor fuerza muscular se recupera más rápido de una lesión. La musculatura fuerte ayuda a estabilizar las articulaciones y a proteger los tejidos durante el proceso de rehabilitación.

4. Reduce la mortalidad:

El entrenamiento de fuerza contribuye a mejorar la composición corporal, aumentando la masa muscular y la densidad ósea. Esto reduce el riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, factores que a su vez disminuyen la mortalidad.

5. Efectos positivos a nivel psicológico:

El entrenamiento de fuerza en niños también tiene beneficios psicológicos. Aumenta la autoestima, la confianza en sí mismos y la sensación de control sobre su cuerpo. Además, ayuda a reducir el estrés y la ansiedad.

¿Qué impacto tendrá empezar a entrenar desde edades más tempranas sobre tus hijos?

El potencial físico de un ser humano no es un valor fijo. Está determinado por una combinación de factores genéticos y ambientales, entre los que el entrenamiento juega un papel fundamental.

Empezar a trabajar las capacidades físicas básicas en una edad temprana puede tener un impacto significativo en el potencial máximo que una persona puede alcanzar, algunas de las adaptaciones que se obtendrán entrenando desde jóvenes son estas:

1. Aumento de la densidad ósea: El entrenamiento con pesas o ejercicios de fuerza durante la infancia y la adolescencia puede aumentar la densidad ósea, lo que reduce el riesgo de osteoporosis y fracturas en la edad adulta.

2. Mejora del sistema cardiovascular: La actividad física regular fortalece el corazón y los pulmones, aumentando la capacidad cardiorrespiratoria. Esto se traduce en una mayor resistencia a la fatiga y un mejor rendimiento en actividades aeróbicas.

3. Desarrollo muscular: El entrenamiento temprano puede estimular el crecimiento muscular de forma natural, lo que aumenta la fuerza, la potencia y la masa muscular.

4. Mayor flexibilidad: Los niños y adolescentes tienen mayor flexibilidad natural que los adultos. El entrenamiento regular puede ayudar a mantener e incluso mejorar la flexibilidad, lo que reduce el riesgo de lesiones y mejora el rendimiento deportivo.

Reflexión final

En conclusión, empezar a entrenar a una edad temprana es una inversión para tu futuro. Los beneficios que se obtienen son numerosos y pueden durar toda la vida. Si quieres que tu hijo tenga un desarrollo físico y mental saludable, anímalo a que se mueva y se divierta haciendo ejercicio.

Bibliografía:

  • Zwolski C, et al. «The Effect of Strength Training on Growth and Development in Children and Adolescents: A Systematic Review and Meta-Analysis.» Sports Medicine 48.12 (2018): 2777-2794.

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